Pruebas rápidas de Covid se procesan en un sitio de pruebas en la Ciudad de México. (AP)

Pruebas rápidas de Covid se procesan en un sitio de pruebas en la Ciudad de México. (AP)

Cómo le va a América Latina frente a Omicron

By Chase Harrison

Hasta con tasas de hospitalización más bajas, Omicron amenaza con ser disruptiva. Desde pruebas hasta vacunas y restricciones, así es cómo la región está manejando el último tsunami de Covid.

La traducción de este artículo fue hecha por Daniela Cobos.

Omicron ha hecho su llegada inoportuna a América Latina. Después de aparecer por primera vez en la región a principios de diciembre, esta nueva variante, junto con Delta, está aumentando las tasas de infección en muchos países a niveles nunca alcanzados en la pandemia.

Para dar una idea del cambio, el 10 de diciembre, el promedio de siete días de casos en la región era de aproximadamente 20,000 por día. Un mes después, la cifra se multiplicó por diez a 200,000. Argentina representa casi la mitad, con más de 109,000 casos diarios que triplican su récord anterior en mayo 2021.

Pero no hay dos olas iguales. Y hay evidencia de que esta no será tan mortal como sus predecesores, que resultaron en que América Latina registrara alrededor de un tercio de las muertes por Covid en el mundo, aunque representa menos del 10 por ciento de la población mundial.

Por un lado, gran parte de América Latina ha ejecutado continuamente su campaña de vacunación durante el año pasado, con América del Sur contando convertida en la región con la tasa de vacunación más alta del mundo con más del 62 por ciento de la población vacunada a fines de 2021. Y aunque Omicron puede propagarse entre los vacunados, la variante es menos grave que las cepas anteriores, especialmente para los que se han vacunado. Eso no significa que no sea disruptiva y, para muchos, mortal. En Argentina, por ejemplo, los hospitales ya están abrumados hasta el punto en que los médicos se esfuerzan por mantener el cuidado completo tanto para los pacientes con Covid como para los que no tienen Covid.

¿Cómo le irá a América Latina en esta nueva ola? Eso depende del enfoque de la región para manejar la inundación de casos y hospitalizaciones. AS/COA Online analiza cómo le está yendo a la región en tres áreas de mitigación: pruebas, vacunación y restricción.

Pruebas

Si bien está claro que Omicron está en gran parte de América Latina, comprender la gravedad de la ola actual es un desafío debido a los límites en las pruebas. La región ya tenía bajas tasas de prueba, y la alta transmisibilidad de Omicron está creando aumentos rápidos en las infecciones que ponen presión en las capacidades de prueba. Además, hay que realizar pruebas de secuenciación más complejas para confirmar qué variante tiene un paciente, lo que significa que es difícil determinar qué variante se está propagando. Los recuentos oficiales de la mayoría de los países tienen casos de Delta más altos que los casos de Omicron, aunque esto puede ser porque es más probable que Delta lleve a un paciente al hospital, donde se realiza la secuenciación.

Mientras tanto, Brasil está pasando por un apagón informativo de datos de Covid debido a un ciberataque al sistema nacional de salud, lo que hace difícil determinar el estado de su brote actual. Aún así, las pruebas privadas sugieren que el número de casos en el país más grande de América Latina es formidable.

 

La necesidad de pruebas extensas ha significado problemas para América Latina, una región con bajas tasas de pruebas y donde los kits de pruebas caseras son prohibitivamente caros o aún no han sido aprobados por los reguladores nacionales. Muchos países ya están viendo largas filas en los sitios de prueba, escasez y aumentos de precios. En México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien anunció el 10 de enero que tenía covid por segunda vez, le dijo a las personas con síntomas que no se hagan la prueba, que asuman que tienen la enfermedad y que hagan cuarentena. Del mismo modo, en Argentina, la Ministra de Salud Carla Vizzotti dijo que se podría hacer un diagnóstico de Covid sin una prueba si los síntomas sugieren positividad.

Una métrica que ayuda comprender la ola actual es la tasa de positividad, que mide qué porcentaje de las pruebas de Covid en un país dan positivo. Argentina, Bolivia y México tienen tasas de positividad más del 50 por ciento al 12 de enero. Colombia y Ecuador superan el 30 por ciento.

Vacunación

Las vacunas que se distribuyen actualmente en todo el mundo fueron creadas para proteger contra la cepa original de Covid, conocida como Alpha. Las campañas de vacunación, que avanzaron exponencialmente en América Latina en el verano y el otoño de 2021, ayudaron a bajar las tasas de casos al reducir el contagio.

Sin embargo, Omicron tiene una alta tasa de casos entre personas vacunadas, y un estudio sugiere que es de 2.7 a 3.7 veces más infecciosa que Delta para las personas vacunadas. Dos inyecciones de las vacunas de ARNm, Pfizer y Moderna, ofrecen una protección del 30 al 40 por ciento contra la infección por Omicron, tasas mucho más bajas que la protección del 70 al 80 por ciento contra la cepa original. Las vacunas sin ARNm, como Johnson & Johnson, Sputnik y Sinopharm, todas ampliamente utilizadas en América Latina, son menos efectivas en ofrecer protección contra la infección.

Otro factor que afecta la eficacia de la vacuna contra Omicron es que las vacunas se hacen menos efectivas con el tiempo, comenzando después de un poco más de tres meses. Muchos de los vacunados de América Latina fueron inoculados hace meses, lo que significa que su inmunidad se reduce. Es parte de por qué las vacunas de refuerzo se consideran una protección crítica contra las variantes, ya que pueden reducir los síntomas y la gravedad de la enfermedad, que reduce las tasas de hospitalización.

Países en América Latina han reducido los requisitos de elegibilidad para la vacuna de refuerzo en anticipación de Omicron. En Perú, por ejemplo, los ciudadanos pueden ponerse refuerzos después de tres, en lugar de cinco, meses después de su segunda dosis.

 
Restricción

Con el aumento de casos, la pregunta es: ¿los países de América Latina reanudarán las restricciones para detener la propagación de Omicron? 

En algunos casos sí, pero en gran parte no. Ha habido algunos cambios en las políticas de viaje, como Argentina aumentando los requisitos de prueba para aquellos que tratan de entrar al país. En Brasil, las celebraciones de Carnaval están siendo canceladas o reducidas.

Perú, que tiene la tasa de mortalidad de Covid per cápita más alta del mundo con más de 6,200 muertes por millón al 12 de enero, tiene las restricciones más amplias. El toque de queda nacional, el cierre de fronteras terrestres y la reducción de cabida en los establecimientos cerrados son medidas vigentes en el país andino. Su vecino Ecuador también implementó regulaciones que exigen capacidad reducida en espacios interiores y el uso de tapabocas.

Aún así, en la región, la gente está cansada de las restricciones, mientras que a los formuladores de políticas les preocupa que las nuevas medidas puedan dificultar la recuperación económica. Existe la esperanza de que, debido a su rápida tasa de infección, los casos de Omicron lleguen al pico en las próximas semanas, lo que permitirá que los países vuelvan a recuperarse.

Restricciones o no, es probable que Omicron sea disruptiva. Al igual que en los Estados Unidos, una nueva ola puede afectar a las empresas u organizaciones que no pueden encontrar suficiente mano de obra debido a que los empleados están en cuarentena o enfermos. Esto podría resultar en el cierre temporal de escuelas, restaurantes, servicios de transporte y oficinas gubernamentales.

Ya estamos viendo ejemplos en la región. En la Ciudad de México, una escasez de trabajadores en el aeropuerto provocó que las filas estén hasta las veredas y cancelaciones de vuelos. Mientras tanto, Buenos Aires tuvo más del 20 por ciento de su personal médico ausente en la segunda semana de enero debido a la positividad o exposición de Covid.

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