Presidente Lula. (Ricardo Stuckert/PR, Gov.br Flickr)

Presidente Lula. (Ricardo Stuckert/PR, Flickr)

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Lula da Silva: Luces y sombras de sus primeros 100 días al mando de Brasil

La Tercera entrevistó a Brian Winter, vicepresidente de AS/COA.

Cuando Luiz Inácio Lula da Silva asumió la presidencia de Brasil por tercera vez, el 1 de enero pasado, después de frustrar el intento de reelección de Jair Bolsonaro, expresó optimismo sobre sus planes de reconstrucción y prometió que los miembros del gobierno saliente rendirían cuentas. “No traemos ningún espíritu de venganza contra los que buscaron subyugar a la nación a sus designios personales e ideológicos, pero vamos a garantizar el imperio de la ley”, declaró entonces el líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), sin mencionar el nombre de Bolsonaro.

Los analistas políticos consideraban improbable que la presidencia de Lula fuera como sus dos mandatos previos, luego de la contienda presidencial más reñida en más de tres décadas en Brasil y la resistencia de algunos de sus opositores para que asumiera el puesto. La muestra de ello llegó una semana después, cuando partidarios de Bolsonaro -que se negaban a aceptar su derrota electoral- tomaron por asalto el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio de Planalto, marcando la primera crisis significativa del flamante gobierno izquierdista. […]

Brian Winter, editor en jefe de Americas Quarterly, una revista estadounidense dedicada a la política, los negocios y la cultura de América, y considerado uno de los analistas políticos más influyentes de la región, comparte las preocupaciones existentes sobre el gobierno de Lula, si bien es categórico al marcar las diferencias respecto del mandato de Bolsonaro. “Se ha demostrado que cualquiera que creyera que Lula podía hacer retroceder el reloj mágicamente a la época dorada de Brasil de la década de 2000 estaba equivocado. De alguna manera, ha regresado cierta normalidad, no estamos viendo las peleas y controversias diarias que caracterizaron los años de Jair Bolsonaro”, comenta a La Tercera. “En cambio, Lula habló mucho sobre la importancia de la democracia y cultivó relaciones funcionales con la Corte Suprema y el Congreso, con quienes Bolsonaro estuvo en constante guerra”, agrega. 

Pese a este contrapunto, Winter advierte que el clima de tensión observado en la campaña persiste. Si a eso se le suma el fantasma de una eventual recesión, el panorama para Lula parece complicarse. “Los brasileños todavía sienten un clima de tensión, y tienen razón. Lula y su equipo están muy preocupados por la posibilidad de una recesión a finales de este año. Desafortunadamente, hemos visto una y otra vez—desde que la democracia regresó en la década de 1980—lo que sucede cuando los presidentes brasileños pierden el control de la economía: volatilidad en el mejor de los casos y discurso de impeachment en el peor”, recuerda. […]

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