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Entrevista con Fernando Araujo

In office for just over a month, Minister Araujo outlines Colombia’s foreign policy goals both in the Andean Region and globally. Held hostage by the Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC) until December 2006, Minister Araujo provides an inside look at prospects for peace.

"Yo nunca pensé en que saldría del secuestro para ser Ministro."

 

Fernando Araujo Perdomo, quien fue designado Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia el 19 de febrero de 2007, concedió una entrevista exclusiva al Americas Society y Council of the Americas. El Ministro Araujo discutió con nosotros temas comerciales, desarrollo, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre otros. Antes de su secuestro y rapto durante 6 años, Fernando Araujo Perdomo se desempeñó como Ministro de Desarrollo durante el gobierno del Presidente Andrés Pastrana. El Ministro Araujo se evadió de sus captores a fines de 2006. Esta entrevista, realizada luego de un programa público organizado por el Council of the Americas, estará disponible pronto en nuestra pagina web. 

AS/COA: El Tratado de Libre Comercio Colombia – Estados Unidos fue firmado en noviembre de 2006 y está en espera de ser ratificado. ¿De qué manera cabría este tratado en la estrategia de desarrollo de su país?

Araújo: La política comercial del Gobierno se fundamenta en una ambiciosa agenda de negociaciones de apertura de nuevos mercados y liberalización comercial para impulsar un crecimiento económico sostenido. Los acuerdos de libre comercio aseguran tanto el acceso de los productos colombianos a los mercados internacionales como la inserción comercial internacional del país vía el impulso a las exportaciones gracias a las condiciones favorables que estos permiten.

Dentro de ese contexto se circunscribe el Tratado de Libre Comercio firmado entre Colombia y Estados Unidos. Este acuerdo constituye un instrumento integral orientado a la generación de oportunidades laborales y a la ampliación de alternativas de comercio e inversión, gracias a la ampliación del mercado americano para los productos colombianos. Lo anterior redunda en lo cual significa también nuevas oportunidades de empleo para los colombianos y, en consecuencia, un mayor desarrollo económico y social de Colombia.

Más aún, el TLC con EEUU permitirá afianzar el camino hacia la paz, en el entendido que el mejoramiento de las condiciones de vida que se derivan de su puesta en práctica, asegurará los avances sociales, contribuirá en la lucha contra el terrorismo y aportará en la superación de la pobreza.

Adicional a lo anterior, es fundamental tener en cuenta que Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia, tanto en materia de exportaciones como de importaciones. Durante el año 2006, el comercio global entre los dos países fue de US $16.501 millones, registrando una variación positiva del 11,8% frente al 2005, cuando alcanzó los US $14.762 millones. Dentro de dicho flujo comercial, US $9.793 millones correspondieron a exportaciones colombianas a Estados Unidos, y US $6.708 millones a productos provenientes de ese país. Al respecto cabe destacar que durante 2006, como en años anteriores, el comercio bilateral continuó con la dinámica de crecimiento del 10% anual, siendo ello una muestra del buen estado de la relación comercial.

En este contexto, el Tratado apunta a asegurar tanto el principal destino como el principal origen del comercio exterior del país, y consolidar las condiciones de acceso de los beneficios obtenidos en años anteriores bajo la modalidad de preferencias arancelarias (ATPA y ATPDEA), a través de las cuales se han beneficiado múltiples sectores productivos: 6.300 productos, que representan el 51,6% de las exportaciones de Colombia a Estados Unidos, entraron a ese mercado sin pagar aranceles, como por ejemplo flores, calzados, confecciones, petróleos y derivados. Los mas de 6,000 empleos creados por estas preferencias son solo una muestra de los que se puede generar con el marco integral que es el TLC.

Así mismo, con la aprobación del Acuerdo, productos de gran relevancia como los biocombustibles entraría al mercado de Estados Unidos sin pagar arancel.

Es así como el Acuerdo permitiría fortalecer los lazos económicos entre Estados Unidos y Colombia al eliminar aranceles y barreras a los bienes y servicios y ampliar el comercio entre ambos países.

Teniendo en cuenta los planteamientos presentados, y a manera de conclusión, el tratado forma parte importante de la estrategia de desarrollo del país, que se complementa con la estrategia general de desarrollo y reducción de pobreza. Entendemos que el TLC es solo una herramienta para el desarrollo, y que solo con una política seria, concertada y coherente de desarrollo podrá ofrecer todo el potencial en materia de crecimiento económico..

AS/COA: En el ciclo electoral 2005 – 2006 los líderes fueron elegidos o reelegidos. ¿Cuál sería el rol de Colombia en una región andina cambiante con presidentes nuevos en países tales como Ecuador?

Araújo: Las circunstancias políticas cambian, la situación geográfica de los países no. Es por esto que Colombia debe privilegiar la construcción de consensos, la cooperación y la cordialidad en su relacionamiento con sus hermanos latinoamericanos, antes que la controversia, la confrontación y la animosidad que, en el largo plazo, lo único que traerán es perjuicios irreparables para nuestra Nación.

El Gobierno se ha propuesto desarrollar y profundizar las relaciones de nuestro país con sus vecinos de América Latina. Los factores históricos, culturales, la dinámica de la globalización y la posición geográfica de Colombia nos convierten en articuladores de la integración con las naciones de Norte de América, Centroamérica, El Caribe y Suramérica.

De ahí que los procesos de integración de los que hace parte el país, se entiendan bajo el concepto de un “regionalismo abierto”, que implica una actitud dinámica frente a las diferentes regiones en las que nos proyectamos.

Nuestra activa participación en foros como la Comunidad Andina, la Comunidad Suramericana de Naciones, y el Plan Puebla Panamá, así como el manifiesto interés en hacer parte de iniciativas puntuales, como la Iniciativa del Pacífico, son pruebas contundentes de que el país está empeñado en generar espacios de unión y concertación en la región.

AS/COA: Mirando más allá de América, ¿Cuál sería el país o las relaciones regionales estratégicas y sus prioridades como Ministro de Relaciones Exteriores?

Araújo: La política exterior colombiana es una política de Estado, que se guía por el compromiso de proteger y preservar el interés nacional, y que tiene el propósito de buscar una mejor inserción del país en el mundo.

En este sentido, la Constitución Nacional establece que el Estado promoverá la integración económica, social y política con las demás naciones y especialmente, con los países de América Latina y del Caribe.

En razón de lo anterior, y con objetivo de diversificar su comercio exterior, teniendo en cuenta que el mercado nacional no es suficiente para impulsar el crecimiento del país, es necesario buscar mercados en los demás Estados, Colombia suscribió el Tratado de Libre Comercio con Chile y comenzó las negociaciones de un Acuerdo de la misma naturaleza con el Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador).

Así mismo y teniendo en cuenta que nuestras relaciones con la Unión Europea se desarrollan simultáneamente en el marco bilateral y a través de la Comunidad Andina (CAN), en el ámbito de la CAN, estamos impulsando la negociación de un Acuerdo de Asociación CAN - UE, que permita reforzar el diálogo político y de cooperación y que incluya, a su vez, un tratado de libre comercio con la región Europea. A nivel bilateral, la profundización de la alianza política y económica de Colombia con Europa sigue siendo una prioridad esencial de nuestra política exterior.

De otra parte, continuaremos con las acciones dirigidas a fortalecer las relaciones bilaterales con los países del Caribe. Igualmente, el Gobierno se propuso una agenda encaminada a consolidar la inserción del país en la Cuenca del Pacífico. En este sentido, se está adelantando una estrategia para lograr el ingreso de Colombia a APEC, dado el potencial que tiene el país en su zona Pacífica y por el interés que representan para su economía los mercados de Asia y en general las naciones que integran esta Asociación. La asociación representa a la región de mayor dinamismo económico del mundo, toda vez que en sus primeros 10 años ha generado aproximadamente 70 por ciento del crecimiento económico global.

Con el mismo propósito, estamos buscando avanzar en conversaciones que conduzcan al establecimiento de un mecanismo de diálogo y concertación de los países latinoamericanos ubicados sobre la Cuenca del Pacífico, que permita abrir canales de interlocución con Asia Pacífico, en tres niveles: diálogo político, cooperación y comercio.

AS/COA: Ejerciendo como Ministro de Desarrollo, usted fue secuestrado y hecho rehén por las FARC por más de seis años antes de escapar durante una operación militar hace apenas tres meses. Dada su experiencia personal y los años vividos en los campamentos de las FARC, ¿cuál es su visión acerca de la posible voluntad de las FARC para negociar con el Gobierno y el futuro del Plan Colombia?

Araújo: Fui testigo de primera mano al permanecer secuestrado por las FARC durante seis años, hasta el 31 de diciembre pasado, cuando logré fugarme gracias a un operativo del Ejército de Colombia contra ese grupo, lo cual me ayuda a explicar la realidad colombiana a la comunidad internacional.

El drama que vive Colombia, es el drama que viven los soldados de la patria que mueren todos los días, el drama de los muchachos menores de edad que hacen parte de la guerrilla, que también mueren muy jóvenes en los combates que se presentan. Este drama lo viví en el grupo que me mantuvo secuestrado. Vi que muchos de estos jóvenes –menores de edad– hombres y mujeres secuestradores, salían, combatían y no volvían, algunas veces regresaban con sus cuerpos los demás guerrilleros y me daba cuenta que cada vez eran menos.

Es lo que hoy veo, cuando me llevaron secuestrado, –al comienzo– me llevaban hasta agua en bolsas, pasados los años sólo recibía agua de la montaña, algo igual pasaba con los víveres, al principio llegó variedad, después todo se redujo a los pocos alimentos que le robaban a los campesinos y colonos. Lo que demuestra que están siendo diezmados por la Seguridad Democrática, que la política del presidente Álvaro Uribe está dando resultados.

Pero el Gobierno del presidente Uribe tiene el interés de llegar a procesos de paz y a construir una paz duradera en Colombia y que todos los cambios que yo he encontrado en el país en estos seis años se deben principalmente a la recuperación de la confianza en Colombia que se ha logrado a través de la política de Seguridad Democrática del Presidente Uribe.

Estamos en un proceso de mejoramiento continuo, que esto no se resuelve de la noche a la mañana, estamos en la mitad del camino y necesitamos que el Plan Colombia se amplié, que tengamos la segunda fase del Plan Colombia, en donde vamos a seguir con énfasis en lo militar, pero adicionalmente vamos a fortalecer todos nuestros programas sociales.

El Tratado de Libre Comercio es el brazo económico del Plan Colombia, porque es lo que nos va a permitir precisamente, combatir la pobreza en Colombia, es lo que nos va a permitir atraer más inversión.

Fíjese que el Plan Colombia es una estrategia general de desarrollo para Colombia, que no solamente contempla los aspectos militares en la lucha contra el narcotráfico, en la lucha contra el terrorismo. Hay que entenderlo dentro de todo un contexto de desarrollo social

AS/COA: El 20 de febrero de 2007, el presidente Uribe lo designó como Ministro de Relaciones Exteriores en el inicio de un escándalo político nacional. ¿Qué mensaje le envía su nombramiento a la comunidad internacional?

Araújo: Yo creo que contar mi experiencia personal ayuda a que la Comunidad Internacional entienda la dimensión del drama de la violencia en Colombia. Pienso que es un aporte que se hace al proceso.

Yo nunca pensé en que saldría del secuestro para ser Ministro. Yo tuve seis años dedicado a pensar, a sentir, a conectarme conmigo mismo. Pensé en hacer muchas cosas, de hecho hice una lista, por ejemplo: oír más música, ver las mejores películas, estudiar genética, estudiar la vida de grandes hombres, crear nuevas fuentes de trabajo en Colombia, estudiar Historia, estudiar Geografía, ser un mejor padre, un mejor hijo, esas eran mis ilusiones y el Presidente Uribe me sorprendió cuando me ofreció este cargo.

También aprendí en los 6 años de secuestro a admirar al Presidente porque yo tenía un radio, escuchaba las noticias, veía como la gente se conectaba con el programa de Uribe, veía como Colombia iba superándose día tras día y cuando el Presidente Uribe me llamó y me hizo esa oferta yo me sentí que tenia el compromiso de aceptarlo.

Ha habido un mensaje equívoco ante la comunidad nacional e internacional, en el sentido de trasladar la responsabilidad del secuestro al Gobierno, descargándola de las Farc. En la medida en que esa actitud se mantenga, las Farc van a pensar que están manteniendo un beneficio político del secuestro y van a poner todo tipo de trabas para que  se den los acuerdos que permitan el regreso de los secuestrados a sus hogares.

He sostenido, que la política correcta es señalar claramente la responsabilidad de las Farc frente al tema del secuestro y exigirles de inmediato la liberación de todos los secuestrados, sin ningún tipo de contraprestación.

En la medida en que los familiares de los secuestrados, la ciudadanía, la sociedad civil, la comunidad internacional, señalemos claramente esa responsabilidad de las Farc, en esa medida  vamos a lograr que las Farc comiencen a pagar un costo político y realmente sea insostenible para ellos mantener el negocio del secuestro y mantener la explotación política del secuestro como un tema principalísimo de su agenda.

Porqué? Porque el tema más importante para Colombia a nivel interno y a nivel externo es la paz. De manera que todas las gestiones que hagamos a nivel internacional deben tener siempre el objetivo claro de propender por la paz de Colombia. Paz que se consigue no solamente con acciones militares que hay que naturalmente respaldar, paz que se consigue no solamente con una voluntad de hacerla, que existe plenamente en el Gobierno, sino paz que se consigue mejorando todas las condiciones sociales del pueblo colombiano.

Porque al lograr un mejoramiento en la condición social, al combatir la pobreza, al generar más empleo, al producir el crecimiento económico que va  a llevar de la mano y por supuesto, el crecimiento de las propias finanzas del Estado nos va a permitir disponer de más recursos para atender a las poblaciones más vulnerables de Colombia.

Entonces, la paz entendida como un concepto global, no solamente de la ausencia de la violencia sino del mejoramiento de las condiciones sociales de todo el pueblo colombiano, debe ser el objetivo central de nuestra política, o sea nuestra política exterior, por muy lejana que suene, tiene que estar dirigida al colombiano del común, a que ese colombiano del común reciba el beneficio de nuestras relaciones internacionales, ese es el centro de nuestra política, y naturalmente que para que ese colombiano del común reciba el mayor beneficio, la primera condición que es necesaria es el clima de paz, por eso ese va a ser nuestro norte principal hacer todas las acciones del Gobierno, para que la paz realmente la podamos conseguir, en el corto, medio y quizás, largo plazo.

This interview is published by the Americas Society and Council of the Americas, non-partisan organizations founded to promote better understanding and dialogue in the Western Hemisphere, working in collaboration to advance their respective missions.  The Americas Society is a public charity described in I.R.C. Section 501(c)(3), and Council of the Americas, a business league under I.R.C. Section 501(c)(6).The positions and opinions expressed in this publication are those of the authors or guest commentators and speakers and do not represent those of the Americas Society and Council of the Americas or its members or the Boards of Directors of either organization. No part of this publication may be reproduced in any form without permission in writing from the Americas Society and Council of the Americas

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