Susan Segal

Susan Segal. (Uppers)

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Susan Segal de AS/COA sobre los retos en el trabajo para las mujeres

By Esther L. Calderón

“Así se abre camino: diciendo desde arriba que cosas que antes eran imposibles se pueden hacer”, dijo la presidenta y CEO de AS/COA. 

Estamos en el III Congreso Iberoamericano de la Mujer y la Empresa CEAPI, a un paso de la madrileña fuente de la Cibeles, madre de Zeus y de todos los dioses importantes. Decenas de presidentas, ministras y consejeras entre por los pasillos y en las ponencias. Batet, Grynspan, Pastor, Bulgheron. Podría parecer que el mundo es así. Pero no. Fuera las proporciones son otras. Según datos de Eurostat, la agencia estadística europea, en 2003 solamente el 3.3% de los puestos directivos de nuestro país estaban ocupados por mujeres. No hay estudios anteriores a esa fecha sobre el tema, lo que ya de por sí da dimensión al asunto. En 2011 llegamos al 10%, en 2013, al 14.8%, y en 2018, al 22%. La cifra sigue aumentando poco a poco, pero es mucha diferencia si la comparamos con que, desde hace unos años ya, en la universidad española hay más mujeres que hombres (52% frente al 48%). Estamos hablando de unos 30 puntos. Aquí podríamos detenernos en la necesidad o no de una ley de 'cuotas', que recomienda Europa y que obliga a aumentar la representación femenina en los consejos directivos, sin olvidar el Ibex 35, pero sigamos...

Susan Segal, considerada una de las mujeres más influyentes de América, es la más longeva de nuestras entrevistadas (ronda los setenta). Residente en Nueva York, fue elegida presidenta y directora ejecutiva de la American Society y el American Council en 2003, después de trabajar en el sector privado de la banca y los mercados emergentes durante más de tres décadas. Es miembro de mil juntas. Su currículum ocupa varias páginas, más aún la lista de personas poderosas con los que se ha sentado a negociar de tú a tú. Es un buen ejemplo de mujer pionera, de cómo es posible llegar a la cúspide de la pirámide… pero del viejo modo, el único vigente por el momento: las reglas de un mercado laboral creado por varones, que late al ritmo biológico y social de sus necesidades. Al menos hasta ahora.

"¿Lo más difícil de mi carrera? Creer que tienes que dedicar más tiempo a los niños. Siempre hay culpa. Esa sensación. Es una cosa que está en mi carácter", nos explica. E insiste en que quiere dejar algo claro: "Mis hijos son lo más importante que he hecho en la vida"...

"Sentimos más culpa que ellos. Y eso tiene que cambiar: la casa también es suya. Antes no lo veían, nadie se lo decía. Mi hija tiene 30 y se va a casar el verano que viene y su marido ya participa más de los niños y el hogar. No puede ser de otro modo", añade Segal. Y cuenta cómo fue haciendo ella para intentar cambiar algo, aunque parecía imposible: "Cuando mi hijo tenía cuatro meses –ahora tiene 32 años– estuvimos renegociando la deuda de Brasil y tuvimos que trabajar en fin de semana. Mi marido estaba de viaje y no tenía nanny, así que me lo llevé en canasta a la oficina. Fue tremendo. Los hombres todavía hablan de ello. Lo planté en un desayuno con el presidente del Banco Central de Brasil. También he tenido cenas de trabajo en casa y mis dos hijos estaban sentados con nosotros en la mesa".

¿Lo ha hecho algún hombre luego? –repreguntamos. "Alguno. Como yo lo hice, indirectamente queda dicho que puede hacerse. Es justo. Así se abre camino: diciendo desde arriba que cosas que antes eran imposibles se pueden hacer ahora y no pasa nada", afirma...

Vea el reportaje completo.

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