AQ Entrevista: Paso de la Pobreza a la Política
AQ Entrevista: Paso de la Pobreza a la Política
Reynaldo Manjarrez, alcalde local del distrito dos de Cartagena, habla con AQ Online sobre sus esfuerzos para mejorar la calidad de vida en su distrito.
Reynaldo Manjarrez, alcalde de la localidad de la Vírgen y Turística, habla con AQ Online sobre sus esfuerzos para mejorar la calidad de vida en su distrito, en el cual se concentra el 60 por ciento de la población de la ciudad y se presentan alarmantes niveles de pobreza extrema.
Esta entrevista es parte de la serie de charlas con alcaldes de toda la región quienes participaron en la Cumbre Regional de Gobernabilidad Democrática y Buenas Prácticas en Bogotá, Colombia, organizada por el International Republican Institute y patrocinado por el National Endowment for Democracy.
Americas Quarterly Online: Usted creció en el distrito dos y ha enfrentado los mimos desafíos y falta de recursos que muchos ciudadanos enfrentan en la actualidad. Ahora Usted es un líder en la ciudad. ¿Cómo llegó a esta puesto?
Reynaldo Manjarrez: Crecí en Fredonia, un barrio popular de Cartagena que nació como una invasión hace 47 años. Hoy tenemos una población de 350,000 habitantes, en su mayoría afro-descendientes con altos niveles pobreza. Como niño nunca tuve alcantarillado, energía, buenas vías, agua potable, colegio o centros de salud. Esas carencias despertaron mi deseo por mejorar las cosas y mi interés por los asuntos comunitarios.
Luego de participar en varios programas de liderazgo juvenil, principalmente en la parroquia del barrio, me formé como bachiller en la comunidad salesiana. Por falta de recursos estuve en el seminario dos años por el llamado de los sacerdotes de esa congregación. Finalmente pude terminar la carrera de filosofía en la Universidad de Cartagena.
Luego de mi experiencia en la parroquia, aspiro a la junta de acción comunal, un órgano de participación a nivel del barrio. Fui elegido presidente y desde allí lideré varias movilizaciones ciudadanas para protestar por el pobre servicio de electricidad que es intolerable en una ciudad tan caliente como Cartagena. Esto me costó cuatro meses en la cárcel, acusado de rebelión por el Estado y alianzas con los grupos guerrilleros.
Una vez libre, retomo el proceso de movilización desde el Concejo Distrital de Juventudes—para el que soy elegido popularmente—un órgano especial en Cartagena para la población joven que es tradicionalmente marginada y excluida en Cartagena.
Luego del post-grado trabajo para FUNCICAR, una fundación cartagenera que busca fortalecer la participación ciudadana. Ahí empieza mi compromiso por la democracia en una ciudad con altos niveles de corrupción y pobreza.
Trabajo de cerca en el movimiento que lanzó a la alcaldía a la actual Alcaldesa Judith Pinedo. Decidimos promover la candidatura de una mujer y es elegida en 2007 con un voto de opinión sobre la clase política tradicional que compraba votos y era muy corrupta. El pueblo salió a votar masivamente, también las mujeres. Una vez ella ha sido electa, ella me elige de entre una terna de opcionados para ser el alcalde de la localidad número dos.
Usted puede leer el artículo completo en www.AmericasQuarterly.org.