La mentoría, una herramienta clave para empoderar a la mujer

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Aunque las mujeres constituyen seis de cada diez universitarios, todavía están lejos de participar equitativamente en el mercado laboral. Un recurso importante para corregir esa distorsión es la mentoría de género, escribe Alejandra Sepúlveda de ComunidadMujer.

La igualdad de género y el empoderamiento político y económico de las mujeres son de los grandes desafíos que enfrenta la región y respecto de los cuales hoy confluyen varios factores. En el caso particular de Chile, aún cuando ya somos un país de ingreso medio, inserto en una economía global, los pendientes en esta materia son importantes y constituyen un objetivo de desarrollo.

La participación laboral de las chilenas es baja (46%), inferior al promedio Latinoamericano y de la OCDE. Además su trabajo se concentra en algunos sectores caracterizados como de menor productividad, con menores salarios e informales. Asimismo, cuando acceden al trabajo formal no logran avanzar con igual probabilidad que los hombres hacia los cargos de mayor responsabilidad, ya sea en el ámbito del trabajo, la empresa o la sociedad, gobierno o la política.

Seis de cada diez de los estudiantes que se titulan en la educación superior son mujeres y,  sin embargo, el nivel de formación y años de escolaridad no se concretan en niveles de participación laboral equivalentes ni en oportunidades para ascender a lo largo de la pirámide ocupacional. La participación femenina en cargos de responsabilidad es aún muy baja, mientras que la fuga de talento, durante la vida laboral de la mujer es alta.

El sector empresarial es uno de los que presenta mayores diferencias entre hombres y mujeres en altos cargos. Según un reciente estudio realizado por el Servicio Nacional de la Mujer (2011) sólo el 1% de las firmas con presencia en el IPSA  (las más transadas en bolsa) tienen al menos una integrante en sus directorios. En relación con las empresas del IGPA, la cifra llega al 3%, y en las empresas del Estado alcanza al 6%. Por otra parte sólo un 8% ocupa altos cargos gerenciales. Y un 3% es dueña de empresas (pymes), que dan empleo  a otras personas.

El modelo de hombre proveedor y mujer cuidadora aún está vigente en Chile. Asimismo las prácticas dentro de las empresas y de los procesos de reclutamiento presentan grandes barreras para la incorporación de mujeres en puestos de responsabilidad. Las empresas tienen una cultura de exigir 100% disponibilidad, lo que no es compatible con mujeres ejerciendo una doble jornada (trabajo más familia), con escasa colaboración externa ya sea familiar o de la comunidad.

A la luz de las dificultades que enfrentan las mujeres para permanecer en el mercado laboral, ascender a lo largo de la pirámide de las ocupaciones y alcanzar los puestos más altos en la empresa, surge la Mentoría de Género, como herramienta crítica para su avance. Y hemos comprobado en 10 años de práctica, a través del Programa Mentores de ComunidadMujer , que se trata de una fórmula eficaz para el impulso al desarrollo de carrera de las mujeres en el mundo empresarial, con vistas a mayores posiciones de liderazgo y toma de decisión.
Pero ¿qué es la mentoría? Es el acompañamiento de dos personas que comparten el mismo campo empresarial o industria o el mismo ámbito laboral. El Mentor/a aporta su experiencia y mirada madura. El/la aprendiz o guiado/a trae su entusiasmo renovador y el impulso de quien está forjando su carrera, liderazgo o emprendimiento.

Cabe destacar que desde la década de los noventa, los programas de mentoría han aumentado significativamente en el mundo anglosajón puesto que han sido relacionados con resultados positivos en el desarrollo de carrera de los/las  profesionales y en la productividad de las organizaciones. Es decir, contribuyen a acortar brechas puesto que los/las participantes reportan ascensos, mayores salarios, mejor socialización y más satisfacción profesional, mayor compromiso con la empresa y menos rotación (Blake Beard, 1999; Wanberg, Welsh & Hezlett, 2003). Otros estudios sugieren que los mentores/as tienen cinco veces más impacto en sus guiados/as que los cursos de capacitación formal (“Business Mentoring for Women”, Toni Eastwood).

En Chile los programas de mentoría se han orientado mucho más al emprendimiento, siendo nuestra experiencia en mentoría de género bastante pionera y única. Contamos con una gran red de más de 200 mentores y mentoras muy destacados en sus respectivas áreas, que cada año entregan su tiempo voluntario para guiar a una mujer en su desarrollo de carrera, en su impulso emprendedor o como líder social. Se trata de una mentoría uno a uno, a la persona, que se desarrolla durante siete meses. En cada versión participan  en promedio 50 duplas de mentor/a y guiada, se imparten mil horas de mentoría uno a uno, 8 horas de capacitación de una coach señor y 12 horas de aprendizaje dirigido en reuniones de co-mentoring.

Las mujeres que han participado en nuestro programa de mentoría—más de 400—reportan mayores niveles de satisfacción y éxito en sus carreras profesionales. En el área de emprendimiento en particular, el programa ha ayudado a muchas a empoderarse, hacer redes y adquirir más confianza en ellas mismas y en sus proyectos. A raíz de esto han tomado mayores desafíos y se han atrevido a dar el salto al mundo empresarial.

Por lo tanto, la mentoría surge como una poderosa herramienta para promover el fortalecimiento del liderazgo en mujeres para el despliegue de todo su potencial en beneficio propio y de su entorno personal y laboral.

El impacto de nuestro Programa Mentores no sólo se ve en el ámbito de las personas que participan como guiadas. También se beneficia el mentor/a quien logra mayor satisfacción al reforzar el sentido en su trabajo, y fortalecer sus habilidades de liderazgo, escucha, desarrollo de contextos de confianza, comunicación empática y movilización a la acción, herramientas fundamentales de todo líder.

En ese sentido algunos testimonios de nuestro Programa Mentores 2012 son elocuentes:  “La mentoría es una experiencia única que se basa en la confianza, los desafíos entre mentor y guiada son similares, ambos se benefician” Gabriele Lothholz, socia fundadora y gerente general de VOX Comunicaciones Estratégicas.

“La experiencia es tan positiva que no sé quién gana más: mentor o guiada” Alejandro Ferreiro, abogado. Ex ministro de Economía.

“Con la mentoría comprendí que los obstáculos son los que te enseñan a llegar al éxito” Alejandra Gandásegui, ingeniero comercial.

“El programa me ha dado las herramientas necesarias para concretar mis propósitos laborales y personales”, Úrsula Weber, gerente Desarrollo Social de AngloAmerican

Así, el éxito de las organizaciones actuales reside en su capacidad para adaptarse e innovar y para ello es necesario apoyar el aprendizaje. Quienes lideren las organizaciones del futuro serán aquellos dispuestos a ayudar a los demás en su desarrollo profesional y personal y es aquí donde los programas de mentoría pueden tener, sin duda, un rol destacado.

Alejandra Sepúlveda es directora ejecutiva de ComunidadMujer, una organización independiente y transversal, líder en la discusión y estudio de los temas de género. Propone políticas públicas y buenas prácticas laborales para favorecer el liderazgo femenino, y su acceso a los cargos de toma de decisión en el mundo público y privado.