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Entrevista Exclusiva: Alcalde de Tarija, Bolivia, Oscar Montes

El alcalde describe cómo ha convertido a Tarija en un modelo de buen gobierno durante sus 11 años de gobierno, así como el logro en construir un puente entre los sectores público y privado.

Oscar Montes, alcalde de Tarija, la capital del departamento de Tarija en Bolivia, habla con AQ Online sobre sus esfuerzos para reinventar la alcaldía e incrementar el crecimiento económico de la ciudad. Montes, el alcalde con el mayor número de años con este cargo en Bolivia, describe sus iniciativas innovadores para involucrar todo el pueblo en su desarrollo. Es un proceso no tan fácil debido al crecimiento grande de la ciudad—desde 150.000 habitantes hace algunos años a 220.000 hoy. Esta entrevista fue conducida durante la Cumbre Regional de Gobernabilidad Democrática y Buenas Prácticas en Bogotá, Colombia, organizada por el International Republican Institute y patrocinado por el National Endowment for Democracy.

Entrevista realizada por Jason Marczak.

Americas Quarterly Online: En los últimos años la municipalidad ha pasado de tener mucha deuda y llevar a cabo el recaudo de modo ineficaz, a ser una ciudad donde los ciudadanos pagan sus impuestos y sienten como parte del proceso del mejoramiento de Tarija. ¿De qué modo la participación ciudadana y específicamente el presupuesto participativo han sido útiles para generar este cambio?

Oscar Montes: La primera tarea fue un ajuste interno. Iniciamos mostrando disciplina interna; el cambio debe iniciar por dentro, en la casa. Tratamos de eliminar los posibles mecanismos que estimulan la corrupción de todo tipo, desde la persona que trabaja horas innecesarias hasta la que elude responsabilidades. Buscamos que los empleados se sientan corresponsables por la institución. Hemos tratado de proveer más estabilidad laboral e insistir en la retribución por rendimiento para eliminar la idea de ascenso a cambio de favores políticos.

Hacia afuera involucramos a la población en la administración cotidiana. Tratamos de inculcar que la municipalidad no depende de lo que decida el alcalde sino de cómo la alcaldía se relacione con su sociedad. En una primera etapa, hemos proveído información a la población para que conozcan el estado de las cosas en Tarija. Esto elimina la especulación. En segundo lugar, hemos empoderado a los ciudadanos sobre, principalmente, los recursos que maneja el municipio.

En uno de los programas, la gente recibe el presupuesto en efectivo y ellos mismos lo administran. El vecino administra la ejecución de varios programas relacionados con educación, deportes y el sector productivo. En otros casos, como en el programa Alcaldía Mi Barrio, un pool de expertos en infraestructura llega al barrio a hacer obras en alumbrado público, áreas verdes, y aceras. Son los vecinos los que deciden cómo se ejecutan las obras. Es una alcaldía en chiquito. De este modo la gente se empodera y sabe a dónde van los impuestos que pagan.

La alcaldía de Tarija ha sido reconocida por diversas organizaciones tanto nacionales como internacionales por el manejo transparente de los recursos. Otros reconocimientos son la municipalidad más limpia de Bolivia, la que más asfalto per cápita tiene, entre otros. Todo gracias a los trabajadores municipales que trabajan desde las tres de la mañana a la media noche todos los días.

Esto ha venido con varios retos para la calidad de vida, como el crecimiento poblacional que en los últimos años ha estado por encima del cinco por ciento anual. Intentamos que el tamaño de la ciudad no afecte la calidad de vida de los pobladores.

AQ: El manejo de Tarija—incluyendo el énfasis en una alcaldía participativa—es distinto a la administración de otras municipalidades. ¿Cómo ha logrado esto?

Montes: Tarija, al sur de Bolivia, siempre ha sido frontera. Antes de la llegada de los españoles era frontera geográfica y étnica entre los imperios Incas y Quechua que bajaban de los Andes y las tribus Chiquitanas y Guaranís que venían del Amazonas. Hoy es una frontera político-administrativa entre Bolivia, Argentina y el Paraguay. Esto le ha dado una característica especial a la población que se relaciona con diversos tipos de realidades y diversas formas de organización. En la época de la colonia, pertenecimos tanto al virreinato de La Plata en Argentina, como al de Lima en el Perú.

Esto ha hecho del cabildeo una práctica cotidiana y ha hecho que la población sea proclive a involucrarse en decisiones de política pública. Hay un sentido de respeto a la democracia. Este modo de ver la administración facilita que la alcaldía haya tenido los logros que ha mostrado.

Todo empieza hacia adentro. Cuando llegué a la alcaldía el principal problema era la escasez del recurso humano. Era común la gente que llegaba ebria al trabajo. Hoy se puede tener permiso para pasar la resaca; no somos estrictos en el horario, pero sí en los resultados. Hay una mística de trabajo que permite alcanzar los objetivos que la ciudadanía establece. Es fundamental la ejecución de lo que está programado.

Somos realistas. Es muy difícil alcanzar el 100 por ciento de lo que hemos programado. Si no ejecutamos algo a final de año, le damos prioridad en el período próximo inmediato. La gente es consciente de que hay que agotar ciertos procesos. Estos logros han sido menos complicados debido a que llevo 11 años en la alcaldía; soy el alcalde que más tiempo lleva en el municipio y esto permite liderar cambios de conducta en la sociedad.

AQ: ¿Qué mecanismos ha implementado para involucrar en la toma de decisiones a la población indígena y las poblaciones menos favorecidas en general?

Montes: Hemos adoptado una frase de la Iglesia Católica para darles preferencia a los pobres. Tenemos algunos programas exclusivos, como el enfocado en el sector rural. Allí creamos subalcaldías con un presupuesto especial. Lo que hacemos en la ciudad también lo implementamos en el campo. En términos de presupuesto y recursos, la subalcaldía de cercado de nuestro municipio es mucho más grande que varias decenas de municipios de Bolivia. En conjunto con la alcaldía, los vecinos y la comunidad han decidido darle trato preferencial al sector campesino, que equivale al 20 por ciento de la población del municipio.

Dos aspectos para decidir el presupuesto son clave. El primero es el territorial. Tenemos barrios y conjuntos de barrios o distritos. Se asignan los recursos en función de la realidad; no hay presupuestos fijos sino que se decide en asamblea con base en las necesidades. En segundo lugar tenemos el aspecto sectorial. Tenemos una discusión dinámica y fluida con los principales actores de los sectores de educación, cultura, deporte, productivo, mujeres, y niños entre otros.

AQ: ¿Cuáles han sido sus esfuerzos para involucrar el sector privado en la planeación de la municipalidad?

Montes: Empezamos a trabajar con el sector privado hace tres o cuatro años pues antes teníamos otras prioridades como salud, educación, seguridad, alcantarillado y agua potable. Lo más difícil fue cambiar la actitud del sector privado hacia el municipio. El sector privado estaba acostumbrado a que la relación con el estado tenía que ser de máxima rentabilidad para ellos. Pero ahora, la colaboración está basada en el largo plazo y por eso controlamos los costos con una mirada de colaboración al largo plazo.

Estamos trabajando con el sector comercial y el de prestación de servicios. Estamos concentrados en mejorar la infraestructura para el turismo, por ejemplo. En los últimos dos años hemos instalado 11 centros de capacitación técnica que pueden recibir de 1,500 a 2,000 alumnos cada día. Este esfuerzo ha sido conjunto con el sector privado. Ellos apoyan el proceso proveyendo materiales, enviando a sus empleados, o pagando los capacitadores.

Actualmente estamos desarrollando dos actividades en el sector turismo con hoteles, restaurantes y taxistas. Hemos desarrollado también relaciones interinstitucionales con el norte de Argentina y el norte de Chile, donde hay potenciales turistas para Tarija. Nuestra municipalidad pasó de 20,000 ó 25,000 turistas por año a 200,000 en la actualidad. Tenemos mucha posibilidad de crecer y convertir el turismo la principal fuente de la cuidad.

Otro sector ligado al turismo pero con vida propia es la producción vinos y singani. Somos los mejores vinos de Bolivia. Estamos trabajando en la parte técnica (agrícola e industrial) e introdujimos el concepto de la vitivinicultura orientada al turismo, de modo que abramos las puertas de las bodegas a los visitantes.

Hay una mejor relación con el sector productivo aunque nuestro sector privado aún es incipiente pues tiene muchas reservas a la hora de invertir, no tanto por falta de confianza local en el futuro económico de la región sino por la situación a nivel nacional. Tenemos un nuevo gobierno nacional que está intentando aplicar un nuevo modelo económico llamado socialismo del siglo XXI sobre el que no tenemos claridad. Hay rumores de que quieren confiscar tierras y empresas. Esto crea incertidumbre en la gente y se constituye en un serio freno para el desarrollo económico de nuestras regiones.

AQ: ¿Cuál es su principal meta antes que termine su período en 2014?

Montes: Nuestra principal propuesta a la población y que ha sido nuestra oferta electoral es sentar las bases para que Tarija viva del turismo. Hemos emprendido varios esfuerzos en infraestructura, educación, cambio de conductas, entre otros. Cualquier obra de la alcaldía se alinea con esta meta. Cualquier plaza, hospital o avenida que construyamos, o sencillamente la asignación de recursos para cual o tal sector está orientado hacia el turismo. El sueño que tengo es que al final de mi gestión la economía de Tarija dependa del turismo en un 50 por ciento.

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